¿Cuál es el tratamiento?


El mejor tratamiento del maltrato es, sin lugar a dudas, su prevención. Todas aquellas políticas sociales que tiendan a disminuir el estrés socio-ambiental dependiente de la pobreza, de la promiscuidad, del desempleo, de los embarazos no deseados, así como campañas de educación que apunten directamente a fortalecer y aumentar las capacidades maternantes y paternantes, serán bienvenidas para lograr disminuir el impacto de esta patología psico-social.

Es necesario también que existan instituciones especializadas en el tema de maltrato hacia los niños, a las cuales puedan acudir de manera razonablemente sencilla todos aquellos que requieran orientación, apoyo o protección.

Pero más allá de las instituciones específicas, toda la sociedad tiene que aprender a cumplir el rol de protector de los más débiles, en este caso los niños. Debemos aprender a no mirar para otro lado ni a justificar la violencia hacia los niños con discursos pseudoeducativos violentistas. Cambiar por dentro es necesario para que la verdadera prevención sea posible.

Cuando la prevención falla, hay que tratar de disminuir las consecuencias en las víctimas. El tratamiento específico de cada familia dependerá de una cuidadosa evaluación de la situación. Una de las decisiones más difíciles es la de decidir la separación del niño de su familia. En algunos casos ello será necesario, a veces, como medida temporaria, a veces definitiva. En otros casos, con adecuada supervisión, el niño podrá permanecer en el seno de su familia que como grupo estará recibiendo asistencia terapéutica.

A ser padre / madre se aprende. Es posible "desaprender" mecanismos que llevan a estilos violentos de interacción con los hijos, y sustituirlos por mejores habilidades de crianza y de disciplina, así como aprender a que el maternaje / paternaje pueda ser una fuente de placer.

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