Características de los niños y adolescentes agresivos

El conocer las características más frecuentes de los niños agresivos nos otorga buenas guías para ayudarlos a encontrar otras maneras de relacionarse con los demás.

Es muy frecuente que estos niños y jóvenes interpreten de manera inadecuada lo que los demás hacen. Suelen tener una franca tendencia a personalizar y pensar que las cosas que suceden a su alrededor se las están haciendo a ellos. Así, cualquier hecho cotidiano puede transformarse en un estímulo para la reacción violenta. Una conversación privada entre dos compañeros pueden hacer pensar al niño agresivo: "están hablando mal de mí", una simple distracción de un amigo puede ser interpretada como "me está dejando de lado a propósito". A sus ojos, su reacción agresiva estuvo plenamente justificada; mientras que para un observador, la reacción parece inmotivada y sin sentido. En los casos en que esto es así, es necesario ayudarlos a modificar su estilo de interpretación de los hechos para disminuir su comportamiento agresivo.

Otra característica de estos niños es que son irritables: su cólera es gatillada por estímulos de menor intensidad que la necesaria para activarla en niños no agresivos. Son "leche hervida": pequeñas cosas hacen que los invada la rabia.


Suelen también tener dificultades para la percepción de sus propias emociones y para la comunicación adecuada. No saben poner en palabras lo que les sucede, y pasan a la acción. La capacidad de autopercepción y de expresión verbal de las emociones es algo que todos los adultos debemos ejercitar y enseñar a los niños. No está mal que se enojen pero deben aprender a expresar su enojo de manera adecuada.

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